ROMA.– En medio de una convalecencia prolongada por afecciones respiratorias, el Papa Francisco protagonizó este Jueves Santo un emotivo encuentro con internos del centro penitenciario Regina Coeli, en Roma, reafirmando su cercanía con los más vulnerables.
El pontífice, que recientemente fue dado de alta tras permanecer 38 días hospitalizado, expresó: “Lo vivo como puedo”, en respuesta a los periodistas que le esperaban a la salida de la prisión.
Durante su visita, compartió un momento de oración con 70 internos, a quienes dirigió unas palabras de aliento y esperanza: “Me gusta hacer todos los años lo que Jesús hizo el Jueves Santo, el Lavado de pies, en la cárcel. Este año no puedo hacerlo, pero sí puedo y quiero estar cerca de vosotros. Rezo por vosotros y por vuestras familias”.
Francisco llegó al lugar en silla de ruedas, sin las cánulas nasales que había estado utilizando, y fue recibido entre aplausos por el personal penitenciario. La visita concluyó con un “Padre Nuestro” y la bendición papal a cada uno de los detenidos.
Pese a su estado de salud, el Papa ha seguido incorporándose gradualmente a sus compromisos. El Miércoles Santo recibió en audiencia privada al equipo médico del Hospital Gemelli, y aunque ha delegado varios actos litúrgicos a otros cardenales, continúa presente espiritualmente en los principales ritos de Semana Santa.