Santo Domingo, 17 de abril de 2025.– El Jueves Santo, la Iglesia Católica conmemora uno de los gestos más significativos del ministerio de Jesucristo: el lavado de los pies a sus discípulos durante la Última Cena. Este acto, cargado de humildad y simbolismo, se celebra en miles de parroquias alrededor del mundo como parte de la liturgia de Semana Santa.
Según el Evangelio de San Juan, Jesús se levantó de la mesa, se ciñó una toalla y lavó los pies de sus apóstoles, un rol habitualmente reservado a los siervos. Con esta acción, el Mesías no solo anticipó su entrega por amor, sino que dejó un modelo de servicio y fraternidad para todos sus seguidores.
“El que quiera ser grande, que se haga servidor”, son las palabras que resuenan en las celebraciones de este día, recordando que el poder en el Reino de Dios no se mide por autoridad, sino por la capacidad de servir a los demás.
La ceremonia del lavatorio de los pies es replicada en la Misa Vespertina de la Cena del Señor, en la que sacerdotes lavan los pies a doce personas, evocando la humildad de Jesús y renovando el llamado a la entrega generosa en la vida cristiana.
Este rito es considerado uno de los momentos más conmovedores de la Semana Santa, por su profundidad espiritual y su llamado a vivir la fe con actos concretos de amor al prójimo.
